Hacer una gira a casa antes de salir para tanto tiempo no es una mala idea. Podía llenar mi cabeza de imágenes de mi nación antes de vivir la soledad en el territorio americano desconocido. Más técnicamente, era la oportunidad de entrenar y intentar mi equipo. Una bicicleta es como zapatos nuevos, tiene que romper un poco par ser confortable. Normalmente, los defectos aparecen en los primeros miles de kilómetros. Así, me encontré con un mal funcionamiento del sistema de los pedales entre Chambord y La Tuque, cuando mi ordenador de bicicleta estaba a 970 kilómetros. Es mejor que me pasa ahora que en la tundra!
Ya este calentamiento era prometedor de las aventuras que voy a vivir y la gente que voy a descubrir. Estaba alojado por ciclistas que me han compartido sus experiencias y por amigos que han abierto sus puertas amablemente. He recorrido un camino que ha caído en la región del amianto, estaba agotado por la costa de Charlevoix, sentí el clima nórdico del Parque Nacional de Grands Jardins. Pedaleaba con fiebre y con las amígdalas que quería romper de mi garganta. Disfruté de las costas del rió Saguenay, del lago Saint-Jean y del río Saint-Maurice. También me llamó la atención de algunos medias, finalmente para estar en el diario nacional cuando fue en Trois-Rivières.
Ahora sólo tengo unos días antes del real comienzo el 13 de junio. Tengo que hacer algunos ajustes, comprar otras parte de equipaje y estoy listo par tomar el autobús que me llevará en el Gran Norte. Ir allí será posiblemente parte de la aventura también…