He cruzado Wyoming en diagonal devanada con un par de desvíos, que me dieron posibilidad de conocer este estado cuadrado, situado por encima de otro cuadrado llamado Colorado. Wyoming, con sus 568.000 habitantes, es el menos poblado de todos los EEUU.
Ahora de nuevo solito sobre la ruta, me confrontaba a la soledad con una mescla de excitación y preocupación. El sol se ponía cada día un poco antes y muchas veces me despertaba con hielo sobre y alrededor de mi tienda de campaña. Mi linterna ya no la guardaba en el fondo de mi equipaje, pues la utilizaba cada noche y mí saco de dormir de hasta -7 grados Celcius se estaba poniendo a prueba: no quería salir por las mañanas.
Aun así no me esperaba estar solito mis primeros días en Wyoming. Iba a pasar por el parque nacional de Yellowstone, conocido y bien concurrido. Estaba contento de visitarlo en septiembre, final de la temporada y siendo mas tranquilo. Tampoco me esperaba encontrarme con mi tía, que viajaba en motocicleta con una amiga. Apareció justo cuando estaba montando mi tienda en Tower Fall Campground. Fue una reunión feliz alrededor de un fuego, con una buena comida y lindas historias para contar. Estos acampamentos ofrecen sitios de Hike & Bike por solo 5 a 7 dólares, así que me pude permitir quedar unos 5 días llenos de maravillosos descubrimientos. Yellowstone parece estar hirviendo por todos lados: aguas termales, piscinas calientes naturales y geiseres expulsan en todos lados. Una imagen vale más que mil palabras, así que aquí más sobre Yellowstone!
Salí de Yellowstone junto con Yaris, un británico que encontré un día antes (el tomo la imagen encima del articulo). Una densa capa de humo nos sorprendió bajando, mas densa de lo que había visto antes en Montana. Teníamos que parar y poner nuestras bufandas por encima de nariz y boca. Me estaba replanteando la idea de hacer un desvió de 40 km para visitar Grand Teton National Park. Pues no hubiera valido la pena si no iba ser capaz de ver nada…
Por suerte, durante un pequeño encuentro con unos 4 ciclistas, dos de ellos que ya me había encontrado en Montana, el humo se fue disolviendo poco a poco. “Vámonos a Jenny Lake entonces!” Yo aproveche la siguiente mañana e hice una caminata para acercarme aun un poco más a las montañas, mientras que Yaris ya estaba de camino hacia oeste. Entonces ya bastaba de mis pequeños desvíos: era tiempo de seguir adelante! Deje detrás estas montañas que tienen sus nombres de tramperos Franco-Canadienses que contribuyeron en la exploración del oeste estadounidense: el rio Gros Ventre, Nez Perce native nation, la ciudad de Dubois, además de las conmemorativas señales sobre la carretera, que cuentan las historias de esos viajeros Canadienses que formaron parte de la exploración del oeste salvaje al final del siglo 19.
No me dio mucho tiempo para compartir la ruta con una chica de Alberta, Canadá apurada por llegar a Nicaragua en diciembre. Pase por Union Pass, una ruta de tierra de tiempos pasados, ahora parte del ya mencionado Great Divide Mountain Bicycle Route. Esos dos días vi más animales que humanos: puercoespín, águilas, ciervos, alces (gritando incansablemente por las noches), berrendos, una especie de antílopes con cuernos torcidos y una mancha blanca sobre su trasero.
Llegue a Pinedale y pronto estaba encantado por su estilo de Western, con las calles anchas, edificios de madera, hombres sobre sus camionetas con sus sombreros de vaqueros. Fue ahí que anote mi día 100 desde mi partida de Inuvik en mi diario de aborde. Celebre en casa de unos Couchsurfers con un vino que me hizo recordar el objetivo del proyecto: “Cono Sur” es el nombre de la zona geográfica que comprende el sur de Chile y Argentina. Cuando descubrí la bicicletita sobre la botella decidí no tomar otra. Y lo que fue dentro estaba bueno también! Mi estancia en Pinedale fue verdaderamente memorable; la pareja que me hospedó realmente me hicieron conocer su estilo de vida (y su comida!) y su medio ambiente.
Cuatro días de caminos remotos por paisajes sin arboles separaban Pinedale de Rawlins. Los primeros días yendo dirección este me favorecía el viento, pero una vez que gire hacia el sur me daba fuerte en la cara. Este viento era frio una vez el sol se ponía. Me hubiera gustado si la luz de la luna que iluminaba mi tienda por las noches además hubiera sido capaz de reflectar algo del calor del sol. Para evitar un poco la corriente de viento, acostada mi bicicleta junto a mi tienda del lado del que soplaba el viento. Pase por el Great Divide Basin, una zona que no pertenece ni al lado Atlántico ni al Pacifico. La poca agua que baja aquí se queda en el centro y se evapora. Aquí tuve que cargar mucha agua conmigo y llenar mis reservas de nuevo en cuanto podía, ya que la siguiente fuente de agua podía estar lejos.
Mi estancia en Rawlings fue corta. No me sentía muy bienvenido. En tres ocasiones me dijeron de irme. Mientras hacia mis compras en una gasolinera alguien me dijo: “Seguramente que te encuentras con un montón de gente buena en tu camino, pero aquí no te lo esperes. Aquí la gente no es amable”. Fue mi primer verdadero pueblo de “Rednecks”. Lo antes que podía me largue de ahí, aun con una sonrisa puesta. Pase la noche al lado de un deposito de agua, algo parecido a un lago pero que no se puede llamar lago porque esta hecho por el hombre. Me servía para llenar mis botellas de nuevo. Después me encontraba de vuelta sobre la carretera hacia Colorado, con el viento en la cara, acercándome a los arboles colorados que en esta época del año mas que nunca justifican el nombre a ese próximo estado…
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Mapa de mi itinerario en Wyoming: